Cuando se habla de acceso y, específicamente, de ampliación del acceso, se intenta abordar, por una parte, cuestiones relativas a los recursos tecnológicos disponibles en los establecimientos educacionales para estudiantes y profesores. Por otra parte, cuestiones asociadas a la “densidad informática” (esto es, la tasa de estudiantes por computador), que es un factor que condiciona el “uso efectivo” que estudiantes y alumnos pueden hacer de las TIC.
En los programas públicos de informática educativa la educación es concebida como un área estratégica para la reducción de la brecha digital tanto en el plano internacional – en el que destaca el rezago latinoamericano frente a los países desarrollados – como al interior de los países – en la que destaca las brechas asociadas a nivel de ingresos, lugar de residencia y ciclo de vida familiar, entre otros factores. La acción pública en este ámbito se concibe entonces como un factor igualador de oportunidades y el sistema escolar como “el” lugar donde el acceso puede democratizarse.
Además, existe conciencia que la dotación de una infraestructura tecnológica no es el objetivo final del proceso de informatización del sistema escolar. Es decir, que esta es una condición necesaria pero no suficiente para lograr los objetivos propiamente educacionales que se refieren más bien a la integración de las TIC en las prácticas pedagógicas.
De acuerdo a datos de las evaluaciones realizadas por el Programme for International Student Assessment (PISA) en 2000 y 2003 se observa que el acceso a las TIC desde las escuelas está compensando las enormes desigualdades de acceso desde los hogares. Por ejemplo: si bien hay diferencias en la cantidad del recurso el computador ya está instalado en un gran porcentaje de las escuelas de algunos países latinoamericanos; si bien las escuelas privadas tienen un promedio mayor de de computadores al de las escuelas públicas, la distancia tiende a estrecharse significativamente en algunos países; si bien las escuelas situadas en sectores rurales tienen una menor disponibilidad de computadores, su posición ha ido mejorando. Por otro lado, la conectividad de las escuelas tiene un fuerte rezago respecto a la disponibilidad de computadores; también existe un fuerte rezago en términos de la razón de alumnos por computador. En definitiva, los programas de informática educativa están compensando enormes desigualdades de acceso desde los hogares pero todavía persisten grandes desafíos en términos de acceso.
En los programas públicos de informática educativa la educación es concebida como un área estratégica para la reducción de la brecha digital tanto en el plano internacional – en el que destaca el rezago latinoamericano frente a los países desarrollados – como al interior de los países – en la que destaca las brechas asociadas a nivel de ingresos, lugar de residencia y ciclo de vida familiar, entre otros factores. La acción pública en este ámbito se concibe entonces como un factor igualador de oportunidades y el sistema escolar como “el” lugar donde el acceso puede democratizarse.
Además, existe conciencia que la dotación de una infraestructura tecnológica no es el objetivo final del proceso de informatización del sistema escolar. Es decir, que esta es una condición necesaria pero no suficiente para lograr los objetivos propiamente educacionales que se refieren más bien a la integración de las TIC en las prácticas pedagógicas.
De acuerdo a datos de las evaluaciones realizadas por el Programme for International Student Assessment (PISA) en 2000 y 2003 se observa que el acceso a las TIC desde las escuelas está compensando las enormes desigualdades de acceso desde los hogares. Por ejemplo: si bien hay diferencias en la cantidad del recurso el computador ya está instalado en un gran porcentaje de las escuelas de algunos países latinoamericanos; si bien las escuelas privadas tienen un promedio mayor de de computadores al de las escuelas públicas, la distancia tiende a estrecharse significativamente en algunos países; si bien las escuelas situadas en sectores rurales tienen una menor disponibilidad de computadores, su posición ha ido mejorando. Por otro lado, la conectividad de las escuelas tiene un fuerte rezago respecto a la disponibilidad de computadores; también existe un fuerte rezago en términos de la razón de alumnos por computador. En definitiva, los programas de informática educativa están compensando enormes desigualdades de acceso desde los hogares pero todavía persisten grandes desafíos en términos de acceso.
Hola me estaba paseando por los blogs y eh visto el vuestro.
ResponderEliminarMuy chulo la verdada